Durante las últimas décadas, los gobiernos han estado atacando de diversas formas el consumo de tabaco, incluyendo la prohibición de fumar en lugares como bares o restaurantes. Sin embargo, hemos aprendido mucho acerca de los efectos de esta clase de políticas durante los últimos años, y ahora es tiempo de reconsiderarlas.
He aquí por qué:
- Derechos de propiedad
Fundamentalmente, el debate acerca de las prohibiciones a los fumadores debería centrarse en los derechos de propiedad privada. El si es que a usted se le permite fumar en un bar debería ser una decisión del dueño del bar, no de burócratas metiches que creen que saben cómo vivir las vidas de los demás.
- El humo de segunda mano no es tan dañino como alguna vez se pensó
Ya en 2013 existían indicios de que la narrativa comúnmente aceptada respecto a los fumadores pasivos no era completamente correcta. El Journal of the National Cancer Institute (a quien el artículo posteriormente mencionado, de la página web Slate, considera como “difícilmente una publicación pro-tabaco”) publicó un estudio que no encuentre una relación significativa entre los fumadores pasivos y el cáncer: “
“Un gran estudio estadístico prospectivo de más de 76,000 mujeres confirmó una fuerte asociación entre fumar cigarros y el cáncer de pulmón, pero no halló un enlace entre ese padecimiento y el humo de segunda mano.”
- las prohibiciones a los fumadores no vuelven más sanas a las personas
Un artículo inmensamente informativo de Jacob Grier en Slate finalmente analizó las cuestionables “pruebas” detrás del mito del humo de segunda mano. Las prohibiciones ya habían sido implementadas generalizadamente por qué los estudios iniciales consideraron que existe una correlación entre el humo de segunda mano y el padecimiento cardiaco. Sin embargo, los políticos debieron haber esperado a que se realizará más investigación. De hecho, Grier revela que un estudio del 2006, realizado en la región del Piamonte en Italia (publicado en el European Heart Journal) reveló una caída del 11% en los padecimientos cardiacos, una reducción mucho más pequeña que el 60% que los políticos había prometido.
Después de la prohibición masiva de fumar en interiores en Inglaterra, un estudio de 2010 encontró una reducción de sólo el 2% en los ataques cardiacos. Este número es tan pequeño que podría no estar relacionado con las prohibiciones en absoluto. Uno estudio del 2008 nueva Zelanda tampoco encontró ninguna correlación. El Journal of Policy Analysis and Management publicó en 2010 otro estudio que de igual forma no encontró un impacto significativo en ningún grupo de edad. Estudios similares aparecieron en los Estados Unidos en 2012 y 2014.
- Las prohibiciones no desalientan a los fumadores
Más aún, las prohibiciones no reducen realmente el número de fumadores. La información de Francia (que implementó su prohibición al tabaco en 2008) muestra que el consumo de productos de tabaco sólo se correlaciona con los precios.
Fuente: Institut national de prévention et d’éducation pour la santé (INPES) (Instituto Nacional de Prevención y Educación para la Salud)
De hecho, la cantidad de tabaco vendida inmediatamente después de la prohibición se elevó en 1500 toneladas. Entonces el gobierno francés reaccionó incrementando el precio en un 300% durante los siguientes tres años (entre 2010 y 2013, el precio se incrementó en un promedio de 1 euro por cajetilla; los impuestos representan el 80% del precio de cada cajetilla).
- El mercado puede manejarlo
Ahora que las prohibiciones directas a los fumadores se generalizado lo largo de muchos países, y el concepto de un bar libre de humo está enraizado en la mente de la mayoría de las personas, ¿por qué la gente tendría miedo del mercado? El número de personas que consumen tabaco estadísticamente se encuentra entre un 20 y un 30%, sin que alguna tendencia muestre que esté creciendo o reduciéndose por debajo de esa línea. Los bares gay atienden el 15% de la población que es homosexual, y sin embargo no han controlado el mercado de los bares. Lo mismo aplicaría al caso de aquellos que permitan fumar: aunque existirían numerosos bares que lo autorizara, el hecho de que muchos clientes rechazarían la idea de estar en un entorno de humo de cigarro llevará a que la mayoría los establecimientos se mantenga libre de humo.
Incluso si usted no es fumador y cree que todos los estudios que desmienten una correlación entre fumar y incremento en el riesgo de cáncer y padecimientos cardiacos son parte de una conspiración en favor de la gran industria tabaquera, ello no importa en este caso. Similarmente, si usted tiene la creencia de que los alimentos genéticamente modificados son malos para su salud, hay una solución simple para usted: no los coma.
Nadie lo obliga a ir a un bar donde se pueda fumar, tampoco a trabajar en el o incluso a asociarse con personas a quienes les agradan esos establecimientos. Considere esto: de todos modos, usted no va a la mayoría de los bares y restaurantes. Ello puede ser porque ponen música que no le agrada, sirven comida que a usted no le apetece o son anfitriones de eventos que usted detesta. La belleza de una sociedad libre es que no tiene que cambiar su mentalidad al respecto, así que no obligue a los demás a cambiar la suya.
This article was translated into Spanish and posted by Wellington.mx. The English original was an article published by the Foundation for Economic Education.
Fuentes:
http://www.bmj.com/content/340/bmj.c2161
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21877107
http://www.amjmed.com/article/S0002-9343%2813%2900837-1/fulltext
http://inpes.santepubliquefrance.fr/10000/themes/tabac/consommation/marche-tabac.asp
Debe prohibirse inmediatamente la fabricación, la compraventa y el consumo de tabaco en todo el planeta Tierra.
Why do you want a black market?
[…] was a Spanish translation, “5 razones para ya no prohibir el tabaco“, of my article “Five reasons to end government smoking bans”, originally published by […]